Al embarcarnos en nuevos desafíos, a menudo nos detenemos para reflexionar: “¿Cómo reaccionarán los demás ante mis acciones?”. Esta interrogante nos lleva a considerar la existencia de un tribunal ficticio en nuestra mente, cuya aprobación parece ser nuestra meta inalcanzable.
Frecuentemente, al dar los primeros pasos en cualquier proyecto, parece que nuestro propósito principal es satisfacer a un ente desconocido.
A esta entidad, que habita en nuestros pensamientos y a menudo la denominamos como “los demás”, la utilizamos como un parámetro para juzgar nuestras acciones.
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INICIAR UN PROYECTO: VENCIENDO AL TRIBUNAL INTERNO
Este tribunal simboliza la manifestación de todas nuestras dudas y temores. Incluye figuras como aquel compañero que te ridiculizaba en la escuela, el profesor que cuestionó tu potencial, tus padres que quizás tenían expectativas diferentes para ti, y esa voz interna que te dice que no eres suficiente.
Tus inseguridades son los miembros de este tribunal ficticio.
Es crucial reconocer que este tribunal solo posee influencia sobre nosotros porque se la concedemos. Por ende, el objetivo no debe ser satisfacer a este tribunal, sino acallarlo mediante nuestras acciones.
Por lo tanto, libérate de preocuparte por lo que este tribunal piense y reconoce que el verdadero evaluador de tu labor eres tú mismo.
No permitas que tus inseguridades dominen lo mejor de ti. Dedícate a esforzarte al máximo en cada proyecto que emprendas, aprendiendo de cada experiencia.
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